Aunque
a primera vista es desconcertante ver los resultados de las elecciones del 14A,
sabíamos, al menos creo yo que muchos más sabían, que este sería el final de la
jornada, este sería el lugar común en el cual nos encontraríamos, el CNE hizo
lo suyo.
Nunca
antes como ahora, en este mismo momento, me queda claro que el gran daño y por
el que estamos pagando como país esta especie de tortura en la que vemos
desmoronarse a nuestra querida y bellísima Venezuela, es el de no haber educado
al pueblo.
Esos
40 años de democracia y crecimiento económico que agradecemos por el desarrollo
del país, lo fue solo para una parte de la sociedad venezolana, pero para la otra
fue el periodo en el que se sentaron las bases, muy bien interpretadas por
Chávez, para dividir al país.
Venezuela
son tres trozos bien definidos, la oposición, el castro comunismo y esa masa
amorfa y acomodaticia de los ni ni. ¿Cuantos hay de cada bando? no se sabe con
exactitud, el régimen ha hecho la tarea de crear artificialmente votantes y
trampas para que esa información quede en el limbo.
Lo
que si sabemos y no hay duda al respecto, es la mediocridad y malsana actitud
de los encargados de los entes gubernativos, son gentes con precio y espíritu servil,
seres peores que esclavos, teniendo la oportunidad de llevar la cabeza en alto
prefieren esconderse detrás del dinero y el poder de las armas que les dan efímera
seguridad.
Es
importante tomar consciencia de que en estos 14 años de maltrato y elecciones,
solo en las dos primeras el castro comunismo gano limpiamente, de ahí, todas
las demás han sido fraudulentas. Obvio muchos creen imposible pudiera suceder,
pero no hay duda al respecto, el dinero, las armas y el miedo han sido cómplices
para lograr cumplir la estrategia.
Chavez
se creyó hijo de Fidel y se atoro con el aletargante discurso de la izquierda
revolucionaria, y a la voz de mando de los hermanos Castro, regaló la fortuna
petrolera venezolana al mundo, construyéndose una aureola de mesías, pero
dejando en quiebra a su propio país.
Pero Chavez fue desechado. Cumplió con lo
impuesto y se convirtió en un peligro, por su carisma creciente, para el proyecto
revolucionario cubano. Lo que no vio
Chavez, fue el final del plan, Fidel y Raul no lo quisieron como hijo, fue
utilizado, la revolución cubana se mantiene y él muerto, está cayendo poco a
poco del pedestal al ridículo, ahora convertido en el pajarito hablador.
¿Derrota?
Ninguna. ¿Depresión? Hoy menos que nunca. Sabemos cuál es el verdadero
resultado de estas elecciones, Capriles ganó y ellos necesitan de las armas, el
dinero y el miedo para creerse vencedores.
Hemos
recorrido un camino arduo, difícil y tortuoso, pero aún hay un camino en frente
a nosotros. Estamos abiertos a la creatividad y al empeño de construir una verdadera
y sólida democracia, y como no hacerlo si no nos levantamos para continuar
andando con dignidad y valores.
No
es una esperanza, es una verdad, es una realidad. Somos libres para crear, no
tenemos un precio y reconstruiremos el pais.
Arq. Victor Juan Mion
vmreporte@gmail.com
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