6/02/2009

COBARDIA DEL PODER...

Al grito de magnicidio parapetado tras charreteras y fusiles rusos, mimetizado entre militares corruptos, resguardado por las hordas criminales motorizadas guarnecidas bajo la justicia revolucionaria, custodiado por policías de poca moral y ávidas manos: elogiado por rancios revolucionarios de coñac, habanos y buena vida social; idolatrado por sumisos sigüis de alto consumo monetario pero bajo linaje; se escondio el déspota después de que le fuera aceptada por los "intelectuales de derecha" que armados con cultura, palabras y verdad, su invitación a debatir, sobre lo que quisieran.
Cobarde actuación la del dictador neocomunista, porque no hay nada más temible para un tirano que una mente culta que utiliza la palabra para transmitir la verdad.
En los últimos diez años de nuestra historia contemporánea sufrimos de un pusilánime gobernante, que ha demostrado fehacientemente en todo momento álgido del calor político nacional, es de pocos pantalones y bajo en testosterona, en criollo "falto de bolas".
Fácil se le hace al poderoso esconderse en el anonimato del poder, ese interminable viacrucis de la creciente burocracia socialista, en la culpa del más frágil del aparataje gubernamental, que siempre e irremediablemente es el que carga con el fardo del pecado que en su momento disfruto el grande,
El, se escondió en el museo de historia militar cuando en afrenta a su juramento quiso hacerse del poder por la fuerza. Estrenando presidencia traiciono el sagrado deber militar de custodiar la paz y resguardar la vida de los conciudadanos venezolanos, cuando bajo el seudónimo de "tiburón 1" ordeno marchar el plan Ávila, dando orden directa a sus francotiradores de disparar con fusiles de alto calibre en cobarde emboscada a una población indefensa que con banderas clamaba libertad y justicia.
Lo mismo ha sucedido y aun pasa en cientos de ocasiones que traicionando la patria y utilizando la fuerza del poder, las armas de un ejercito corrupto y mercenario, de una justicia de garfio y pata de palo; alaba, patrocina y colabora con terroristas y guerrilleros para fluir el tráfico de drogas, minerales, secuestrados, armas y pertrechos militares.
Induce y estimula la extorción fiscal y judicial en contra de todo aquel que con empresas y/o poder social se muestre contrario al régimen. Ordena el envío de hordas motorizadas y carnetizadas compuestas de un “cruzao” entre policías y criminales para aterrorizar, golpear, gasificar y hasta asesinar a quien muestre su inconformidad protestando. En todo caso demuestra su cobardía cuando se esconde tras una cadena de radio y tv, o escapando a visitar a su mentor el asesino fidel, o de viaje a los países en donde dictadura, corrupción, terrorismo, incultura y religiones bastardas se dan la mano.
Paga a figuras del cine mundial para que alaben su don de servicio o a puticas de nivel jetset mundial para que con cara lavadita digan a la prensa que es "un toro", algo que me pone a dudar seriamente cuando pienso en eso de “se presume de lo que se carece...”
Así es el hombre fuerte ahora, cobarde, rico e idiota, vanagloriándose de haber sepultado el porvenir de un pueblo.
Esa, es la verdadera cobardía del poder.


VM
1 VI 2009