11/28/2011

QUE MIEDO… Escrito por Oswaldo Paez-Pumar; El Universal

Ese par de ex guerrilleros, Guillermo Soto Rojas y Alí Rodríguez Araque, que viven del presupuesto y cuyos gastos en viajes no están sujetos al cupo de Cadivi, han invitado a los jóvenes seguidores del Socialismo del Siglo XXI, a que en defensa del gobierno ante un posible revés electoral se lancen a una aventura igual a la que ellos protagonizaron hace medio siglo, inspirados por el triunfo de la revolución cubana y un Fidel Castro de 34 años de edad, con el propósito de implantar ese modelo de felicidad en Venezuela.
El singular llamado es patético. Los invitan a alzarse en armas no para deponer un gobierno opresor, sino para sostener el gobierno que ellos personifican. Los invitan a seguir ahora a los octogenarios hermanos Castro que reconocen 53 años después el fracaso del sistema y comienzan a desmantelarlo, pero sin abandonar el poder. Los invitan a que los sostengan en el poder para que ellos y su comandante puedan también como los Castro ejercer el poder en la decrepitud. Los invitan a pesar de que su comandante proclama que la Fuerza Armada está a su servicio y al de su partido; y obtiene de los más encumbrados voceros de ella repetidas declaraciones de sumisión.
¿Entonces a quién o a quienes enfrentarán armados esos jóvenes?
La respuesta parece evidente, enfrentarán a los inermes electores, contra los cuales les proponen reproducir la práctica del asesinato que con premeditación, alevosía y nocturnidad ejecutaron frente a inocentes policías.
Después de tomar ventaja de la política de pacificación que les abrió la posibilidad de integrarse y progresar, de participar políticamente y vencer o fracasar, le piden a la juventud que asuma el papel de los sicarios porque ya perdieron hasta el valor moral del asesino. Maten por mí, les gritan, protejan mi cambur, que depende de mantener a su comandante en el poder, como en el matrimonio, hasta que la muerte los separe.
Si Castro, después de denunciar que la Cuba de Batista era el burdel de Estados Unidos, para sobrevivir en el poder envileció a la cubana que hoy hace de jinetera; estos mequetrefes quieren envilecer a la juventud para que le sirva de escudo protector de sus miserias, todas morales ninguna material.
Ese acto segundo de la obra de teatro, cuyo acto primero fue la declaración de Adán Chávez, invitando a lo mismo, es la manifestación más clara de cobardía, por eso digo "que miedo".
opaezpumar@menpa.com

11/22/2011

IVAN SIMONOVIS: 7 años tras las rejas del SEBIN... Escrita por Ivan Simonovis

Caracas 22/11/11. Iván Simonovis, el preso político más antiguo de Hugo Chávez por los hechos del 11 de abril de 2002, cumple este martes 7 años detenido en los calabozos del SEBIN y por tal motivo hace pública una carta donde explica, entre otras cosas, su situación actual de salud.


IVAN SIMONOVIS
62.000 HORAS EN UN CALABOZO

Tras 4 años solicitándole a las autoridades ser atendido por médicos especialistas, el pasado 5 de Septiembre de este año fui trasladado a una clínica para hacerme unos exámenes.
El resultado de los mismos arrojó el siguiente cuadro:
Discopatía en columna vertebral.
Disminución del espacio intervertebral L5-S1.
 La Resonancia Magnética y Radiología Cervical evidenciaron:
Discopatía severa a predominio. Estenosis de forámenes izquierdos en corte axial.
Compresión de raíces nerviosas en dichas foráminas.
STIR positivo en platos vertebrales C6 y C7 por fracturas recientes.
La Electromiografía:Síndrome del Túnel Carpiano bilateral.
La Densitometría Ósea evidencia:
Riesgo de fractura moderada en trocánter y cuello femoral.
Riesgo de fractura leve en columna lumbar.
¿Qué motivó este complejo cuadro?
Definitivamente, las condiciones de reclusión en las que me encuentro.
A todo esto, le debemos agregar un peligrosísimo factor de riesgo: la falta de exposición a los rayos ultravioleta que proporciona la luz solar. Estos, son responsables de la producción de vitamina D.
La protección del derecho a la salud y a la vida cobra especial relevancia en los casos de personas privadas de libertad (artículo 43 constitucional), por cuanto es al Estado a quien corresponde en forma INDELEGABLE.
 Sin duda una trato diametralmente opuesto al recibido por el presidente Hugo Chávez quien como prisionero político hasta por un dolor de muela era trasladado en forma inmediata al hospital militar.
 Fui sentenciado el 4 de Abril del 2009 a 30 años de prisión, desde esa fecha hasta el día que me trasladaron a la clínica transcurrieron 2 años y 5 meses sin tener contacto visual alguno fuera de este vetusto edificio.
 Fui trasladado, como siempre "bajo estricta seguridad", esposado en la parte trasera de una camioneta del Sebin, otrora Disip, la comisión buscaba abrirse paso con sirena a fondo en la saturada vía pero aun cuando el desplazamiento era veloz para mí todo era como en cámara lenta.
 Debo confesar que es difícil describir lo que sentía, al principio solo miraba deslumbrado como niño en acto de magia, el sol, estructuras desconocidas, la situación era ajena y variopinta.
 Dejé de mirar y empecé a observar, lo primero las calles destruidas, sucias, construcciones paralizadas, era como estar en otra ciudad, el otro país.
 Llegamos a la Avenida FFAA, a una cuadra de un edificio donde -otrora-residí durante muchos años y me sorprendió que esa imagen que debía serme familiar me resultaba difícil de reconocer. Era una imagen desdibujada. Muchos locales desaparecieron otros totalmente cerrados, el comercio formal sustituido por el comercio informal y se podía apreciar que desesperadamente abordaban a los transeúntes ofreciendo sus mercancías. Lo más impresionante era el rostro de la gente, muchos con la mirada perdida, algunos parecían caminar sin rumbo, a arrastrapiés, otros por el contrario tenían un desplazamiento desesperado, como quien tiene una cita y va retardado. Pero todos tenían un común denominador, sus rostros reflejaban, preocupación, tristeza, ansiedad, miedo, nadie sonreía, era como si la alegría de vivir hubiese desaparecido.
No es ningún secreto que Venezuela atraviesa una profunda crisis de pérdida de valores, principios e institucionalidad, la consecuencia de esto es que hemos ingresado a una peligrosa espiral de violencia criminal y cuando un país entra en esa descomposición el primer síntoma es la politización de la Justicia. De allí en adelante todo el sistema de justicia deja de velar por los intereses del colectivo para solo atender los mezquinos beneficios del gobierno de turno. La violencia crea más problemas sociales de los que pueda resolver.
Actualmente en Venezuela hay más de 50 presos por razones políticas; banqueros, empresarios, representantes de mercado de valores, policías, periodistas, militares, funcionarios comunes, muchos de ellos simpatizantes del oficialismo a quienes se le atribuye un delito fabricado. De igual forma están los perseguidos políticos, exiliados. Cuando eres un preso o perseguido político tienes poca o ninguna posibilidad de obtener libertad o de dormir en paz. Terminas siendo el resultado de la más exquisita "ingeniería penal" que aplasta los más básicos postulados jurídicos.
Sin duda jamás imaginé la cantidad de días de mi vida que se consumirían en esta cárcel, a siete años de prisión, desde esta mazmorra de cemento y hierro, gris; tan gris como el comunismo les digo que me he fabricado un modelo mental que consiste en que cualquier juicio de valor entre lo justo o lo injusto no tiene aplicabilidad alguna ante este alevoso gobierno y absolutamente tengo claro que mi obligación es sobrevivir a esta barbarie judicial. Mientras el mundo discute como reconocer los derechos humanos, como profundizar las democracias, como sembrar principios y valores que garanticen que ninguna persona abuse de otra y que todos tengamos oportunidad y justicia,  acá se hace todo lo contrario la palabra "JUSTICIA" desapareció del diccionario gubernamental y se intenta imponer una solo doctrina.
Ninguna sociedad puede tolerar la violencia generalizada así como ningún organismo vivo puede tolerar la enfermedad total.
Pero la buena noticia es que tras largos y duros meses de negociaciones, finalmente el conjunto de las organizaciones que hacen vida en la Mesa de la Unidad lograron ponerse de acuerdo a favor del apoyo unánime del candidato que resulte electo en las primarias de la oposición y que enfrentará, presumiblemente, a Hugo Chávez en las elecciones de octubre el próximo año. Lo que criticamos no son las ideas de los actuales administradores sino de sus métodos y su moral.
Ha llegado el momento de dar un impulso amplio y audaz por el futuro de la nación, el acuerdo logrado es un mensaje de esperanza a un país habido de sosiego; Venezuela esta inmersa un profundo foso en el que los problemas se multiplican exponencialmente. No podemos pensar que la profusión de discursos nos otorgara el sosiego que añoramos, solo conseguiremos Justicia, Libertad y Oportunidad cuando todos nos escuchemos, nos aceptemos y sepamos tolerarnos hasta lograr dispersarnos absoluta confianza.
Yo invito respetuosamente al pueblo venezolano a allanar el camino de la discordia, del odio y discriminación para ir a una verdadera conferencia entre partes. Confío que miles decenas de hombres y mujeres están dispuestos a luchar con las ideas de un mundo moderno. No necesitamos un hipertrófico gobierno, necesitamos el talento de todos para hacer gerencialmente un estado eficiente y productivo. Ahora hay una oportunidad. Oportunidad y Responsabilidad van juntas. Nos unimos como un indestructible equipo o moriremos como individuos.
La auténtica limitación de la libertad no viene del control del espacio físico, sino del control de las emociones.
Iván Simonovis
Prisionero Político

Juan José Ojeda Díaz / Prensa de Solidaridad
@juanjoseojeda

11/17/2011

LOS CINCO DE LA FAMA… escrito por Antonio Sánchez García

A Antonio Ledezma, el gran ausente
1
“Ricardo Lagos se transforma en el líder indiscutido de los opositores del régimen de Pinochet, cuando participa el 25 de abril de 1988 en el programa político De cara al país de Canal 13, el que realizó un ciclo con los principales dirigentes de los partidos políticos legalmente inscritos, durante el capítulo correspondiente al Partido Por la Democracia, al que asiste como su Presidente, en una actitud valiente para esos tiempos señala que el triunfo del «No» será “el inicio del fin del gobierno de Pinochet” e “impedirá que el general Pinochet esté 25 años en el poder”. Lagos mira a la cámara y levanta su índice para decirle directamente a todos los televidentes: “Usted, general Pinochet no ha sido claro con el país [...] Le voy a recordar, que el día del plebiscito de 1980 dijo que usted no sería candidato para 1989 [...] Y ahora, le promete al país ocho años más de tortura, con asesinato, con violación de los derechos humanos. Me parece inadmisible que un chileno tenga tanta ambición de poder, de pretender estar 25 años en el poder”.
Ni una palabra de más ni una palabra de menos: ese simple gesto de coraje de un académico desconocido por las grandes masas, el dedo apuntando al rostro de su mortal enemigo que imaginaba observándolo desde su alcázar de La Moneda, y ese pequeñísimo discurso cambió el curso de la historia de Chile, derrumbó los portones de las cárceles de la dictadura y abrió las anchas alamedas entrevistas por Salvador Allende cuando acariciaba la culata del fusil con el que se quitaría la vida para evitar la humillación y el oprobio.
La historia suele ser injusta. Un nieto de Ricardo Lagos le preguntó recientemente qué historia era esa del dedo suyo de la que tanto se hablaba. Con palabras sencillas para hacerle comprender lo acontecido se vio atribulado por la ingenua y espontánea respuesta de su nieto: “Abuelo, ¿y eso fue todo?”.
Eso fue todo. Un gesto, una palabra dicha en el momento oportuno, una decisión intempestiva, pudo torcer el curso de la historia. Que contrariamente a lo que se cree, avanza dando saltos y aprovechándose de cualquier pretexto, como un dedo acusador dirigido al rostro de un tirano. ¿Cómo olvidar ese discurso breve, lleno de emotividad y grave circunspección, con el que Winston Churchill con voz firme pero temblorosa se dirigió a la Inglaterra azotada por bombardeos inclementes y la amenaza de una invasión que podría acontecer en cualquier momento, para no ofrecerle nada, muchísimo menos el apaciguamiento ante Hitler que ofrecía el primer ministro Chamberlain, su predecesor, sino el dramático pedido de sacrificios, sangre, sudor y lágrimas? ¿Cómo olvidar su desprecio ante los timoratos, cuando les dijo en el rostro: ofrecisteis la paz. No la lograste. Obtuvisteis la guerra.
En esos y en muchísimos otros actos aparentemente intrascendentes que cambiaron el curso de los acontecimientos he pensado desde este lunes 14 de noviembre, cuando a las 8 horas en punto de la noche, cinco ilustres venezolanos se dirigieron en nueve oportunidades y durante no más de un minuto exacto a la audiencia que llenaba el Aula Magna de la UCAB y a través de las pantallas, al país y al mundo entero.

2
Era la primera vez en trece largos años, que jamás he dudado en calificar de dictatoriales, en que el país asistía a un acto de esa dimensión y de esa envergadura. Perdida la capacidad de comprender el momento histórico que estamos viviendo, sea por la grave enfermedad que padece, sea por cansancio en un agotador y estéril ejercicio del poder por el poder, cometió Hugo Chávez un error imperdonable. Encadenó al país para demostrar su omnipotencia, imponiéndonos la asistencia teledirigida a un acto propagandístico intrascendente y banal. Para someterse, finalmente, a las expectativas despertadas por el debate de los precandidatos a las elecciones presidenciales y permitir la transmisión del evento. Obviamente, sin cadenas, pero con una audiencia absoluta.
Logró así lo que ni el más avezado experto en manipulación mediática se hubiera siquiera propuesto: contrastar la imagen de un hombre seriamente enfermo, desfigurado, abatido y consumido por el rencor y el odio con la de cuatro jóvenes figuras frescas y en la plenitud de sus facultades, acompañados por un diplomático experimentado y decidido a enfrentarlo en todos los terrenos. Escoltados por un auditórium expectante de estudiantes universitarios anhelantes de un cambio profundo e irreversible en la conducción de los asuntos públicos de nuestro país. Una confrontación dialéctica entre un pasado que agoniza y un futuro que puja por enseñorearse del país. La vieja y siempre subyacente contradicción entre civilización y barbarie que ha signado todos los avatares de nuestra atribulada historia. “Un viejo gobierno de difuntos y flores”, como lo cantaría el trovador cubano Silvio Rodríguez, enfrentado a una era que, en sus mismas bellas palabras “está pariendo un corazón”.
No se extinguían ni las imágenes ni las palabras llenas de soberbia, de inquina, de desprecio y brutalidad cuartelera, y ya se asomaban los rostros de cinco venezolanos dispuestos a enseñarle al país sus propósitos, sus proyectos, sus ideas, su decisión de asumir la conducción del país para rescatarlo del naufragio y llegar al puerto seguro de la reconciliación nacional, la paz, la seguridad, la prosperidad y la justicia.
Nadie, ni siquiera los jóvenes universitarios que lo promovieron con tanta tenacidad y empeño, venciendo las suspicacias, los temores y las naturales angustias de quienes jamás se habían enfrentado a desafío semejante –un ejercicio democrático olvidado en un país degradado a cuartel – pudieron imaginar el éxito de esta maravillosa aventura. Los jóvenes, una vez más, han puesto la pica en Flandes. Renace la esperanza.

3
Quienes aún creen que éste no es más que un mal gobierno tuvieron ocasión, gracias a la sabia y valiente intervención de Diego Arria, de abrir los ojos: este es un gobierno dictatorial bajo la férula de un tirano. La primera y principal tarea es derrotarlo, pues es y será el principal escollo a la solución de nuestros problemas. Y quienes se niegan a reconocer la calamidad pública que se enseñorea desde Miraflores, con su trágico saldo de muerte, ignorancia, ruina y desolación, pudieron recibir una cuenta rigurosa, exacta y comedida de las razones de nuestros males y las formas de resolverlos. Todos, sin excepción, tuvieron la lucidez y el coraje de denunciar las causas del mal y su causante. De allí la naturaleza histórica, trascendental de estas primarias y la necesidad irrevocable de derrotar a la tiranía.
No fue un debate. Pero de las breves y concisas exposiciones se derivan diferencias sustantivas. María Corina Machado, deslumbrante en su elocuencia y convicción, tuvo el coraje de señalar la causa principal de nuestros graves problemas: el anti capitalismo subyacente no sólo al régimen, sino a la cultura dominante y a su clase política en particular. Su defensa del supremo derecho a la propiedad privada tiene un valor que trasciende los límites del encuentro: junto al diagnóstico de Diego Arria, el acento en la necesidad de emprendimiento nacional, de abrir el país al impulso de la empresa privada y el libre mercado, las inversiones nacionales y extranjeras, públicas y privadas sostenido por María Corina constituyó la médula de propuestas por un cambio radical, profundo, verdaderamente revolucionario de nuestro país.
En esa misma tesitura se expresaron los otros candidatos: Leopoldo López poniendo el énfasis en la naturaleza social del cambio, Capriles en la educación, Pablo Pérez en la reconciliación nacional. De haberse planteado un auténtico debate, esos hubieran sido temas esenciales: el rol del Estado en la transformación revolucionaria de la sociedad venezolana, el papel de las Fuerzas Armadas en la preservación de la institucionalidad democrática, la importancia de la empresa privada y el emprendimiento en el desarrollo económico del país, la necesidad de una Constituyente – como lo planteara Diego Arria -, para abrir paso a un proceso de reinstitucionalización del país, la política a seguir frente a PDVSA y su reconversión en una empresa altamente productiva, palanca del desarrollo de un capitalismo venezolano, el montaje de un poderoso sistema de seguridad social siguiendo notables ejemplos, como el de la sociedad chilena, los énfasis en la creación de un sistema educativo moderno, la inserción de nuestra economía en la globalización, etc., etc.
De allí nuestra propuesta a un segundo debate en el que se confronten las diferencias estratégicas entre los programas de gobierno de los precandidatos. ¿Son reconciliables las propuestas de un capitalismo popular de María Corina Machado con las que pueda plantear un socialdemócrata como Pablo Pérez? ¿Comparte Henrique Capriles la radicalidad de Diego Arria en el tratamiento de las fuerzas armadas y la realización de una constituyente? ¿Estaría Leopoldo López de acuerdo con una estatización del sistema de salud?
La democracia no es una película de estreno. Es una realidad que se construye día a día, que busca el curso por donde expandirse y desarrollarse y que debe ser nutrida con nuevas ideas con tenacidad e imaginación, sin descanso, ininterrumpidamente. Ya está naciendo la democracia del siglo XXI. Es la que verá la luz con todo su esplendor el 7 de octubre de 2012

STAVANGER… escrito por Antonio López Ortega

Hacia el sur de Noruega, en plena costa, en forma de bahía cerrada o protegida, existe una ciudad apacible llamada Stavanger. Quien la ubique en el mapa, la reconocerá a la altura de Dinamarca, casi como una cuña de territorio noruego que incide en el vecino del sur. Sus pobladores hablan de temperaturas benignas, con 5 o 10 grados de diferencia, sobre todo si se comparan con las de Oslo, y también de una cálida corriente marina. En verano, Stavanger tiene 20 horas de luz, y en invierno, sólo 4. Ciudad de 200.000 habitantes, no más, lo que ya es una cifra alta para los estándares nórdicos, el resto de la descripción debería hablarnos del orden de las calles, de algunas iglesias, de plazas y parques, de escuelas magníficamente equipadas. Con los más altos índices de calidad de vida y de convivencia, que Noruega y otros países nórdicos exponen para envidia del resto del mundo, Stavanger debería ser un nido de recogimiento, una estampa cívica donde los niños crecen creyendo que el planeta Tierra es en verdad el paraíso.
Desde estos horizontes con cárceles dominadas por sus propios presos o tasas de secuestros que suben como espuma, poco o nada nos debería interesar Stavanger. A no ser por el hecho concreto, comprobable, de que al menos desde 2002, o antes, en la bella ciudad costera viven alrededor de 150 familias venezolanas. Entre padres, madres e hijos podríamos estar hablando de cerca de 500 ciudadanos venezolanos que ya llevan una década en suelo nórdico y que no tienen la menor intención de emigrar hacia otros destinos. Sencillamente, por accidente o azar, Stavanger los ha acogido en su lecho como uno más de sus ciudadanos, brindándoles medios de vida, paz y armonía.
Se cuenta que en el origen de este núcleo creciente está la explotación petrolera, y por ella han sido atraídos o contratados grupos variados de profesionales venezolanos, quienes una vez expulsados de la industria nacional han terminado fichados por reconocidas multinacionales o empresas proveedoras de servicios. La gran odisea explotadora del mar del Norte, con plataformas marítimas que soportan los más fieros embates de oleajes y frías corrientes, ya cuenta con su capítulo venezolano.
Las madres venezolanas consiguen en los mercados de Stavanger harina para hacer arepas, los padres organizan equipos de beisbol y los jóvenes ya cuentan con un grupo de gaitas navideñas llamado "Noruegaita". Una célula patria en medio del frío y los pinos, o más bien los signos de una diáspora secreta que se repite en Canadá, Australia, Colombia, España o Estados Unidos. Una nacionalidad quebradiza, atomizada, cada vez más ajena al origen, que se distribuye por el mundo, como gitanos de nuevo cuño. El país tiene el suficiente talento como para expulsar a sus connacionales y decirles que su destino está en las antípodas, y nunca en suelo propio, de donde son execrados por persecución o falta de oportunidades.
Me detengo a pensar, por sólo unos instantes, en esos venezolanitos, entre uno y diez años, que crecerán en Stavanger y harán de Noruega su patria supletoria. Hablarán un idioma exótico, tendrán novias o novios nórdicos, y dejarán en esos linajes vikingos apellidos de sonoridad muy castiza. El país será apenas un mal recuerdo, que sus padres dejaron atrás, para beneficio de ellos. Esa es la impronta que nos marca: el olvido, el desconocimiento, la fuga, la necesidad de irse a otra parte, porque el país nos expulsa por violento, injusto o indócil.
Nuestra historia se contará en otro sitio, en otras mentes, en otros suelos, y ya habrá algún heredero en Stavanger, escritor reconocido, que rescatará un origen sepultado para componer una saga novelística de crímenes, raptos y desamores. Nuestro futuro está en Stavanger y no lo sabemos.

11/06/2011

REUBICACION DE RESERVAS. Escrito por Laureano Marquez

Siguiendo las instrucciones de Sadim Yer, se dispuso la repatriación expedita de  del 11.000 millones de dólares en oro de las reservas. La disposición fue inmediatamente acatada y se hicieron los respectivos trámites ante los organismos económicos competentes para que los 10.000 millones de dólares  en oro en lingotes de 10 kilogramos cada uno, fuese transportado al país.
La operación sin precedentes presentó ciertas dificultades de orden legal y administrativo, pero, al final, gracias al intenso lobby de nuestra embajada en Washington, los 8.500 millones pudieron ser finalmente sacados  sin inconveniente de las bóvedas del FMI, usando para ello  los servicios de una compañía de transporte de valores  de un antiguo funcionario que por  modestia prefirió permanecer en el anonimato. Esta empresa trasladó las reservas hasta el puerto más cercano.
Se dispuso para el transporte a suelo patrio  de un buque de nuestra Armada en el que, con personal de entera confianza, los 7.250 millones  de dólares en oro fueron cargados con estricta vigilancia y sin riesgo alguno para la nación. La travesía se desarrolló con total normalidad  y ya en aguas nacionales, la embarcación fue intensamente escoltada tanto por patrullas costeras, como por embarcaciones privadas, que no se daban abasto a la hora de apoyar las maniobras de atraque del barco en  Puerto Cabello.
Gracias a ello los 4.500 millones  de dólares reservas en oro fueron desembarcados con total normalidad  y puestos a buen resguardo en contenedores, de los mismos que se usan para el transporte de alimentos en las instalaciones del puerto, al cuidado y vigilancia intensa  de la Guardia Nacional.
De manera inmediata y  mostrando una eficiencia realmente sorprendente, se dispuso de un convoy para que los 4.320 millones fuesen transportados por  tierra  hasta las bóvedas del Banco Central, trámite que se hizo sin demora  para evitar inconvenientes. Los 2.750 millones llegaron en la mañana siguiente a la sede del Banco, ya en el sitio, su presidente dio instrucciones para  de manera inmediata los 1700 millones fuesen depositados en las bóvedas nacionales, cumpliéndose  así la disposición de mantener nuestras reservas bajo el riguroso control de nuestras autoridades. Para tranquilidad de todos y garantía de la solvencia internacional del país.
Como se informó, al término de la operación realizada con todo éxito,  nuestras reservas en oro, por un monto equivalente a 1000 millones de dólares en oro ya están a salvo, en nuestro poder y completamente reubicadas.

MENSAJE DE ALLA ARRIBA... Escrito por Jesús Antonio Petit DaCosta

Si el tirano tuviese un amigo de verdad (que parece no tenerlo, y menos ahora), se le sentaría a un lado para decirle: Partiendo de que efectivamente sufres de cáncer, y no hayas mentido una vez más, voy a comunicarte el mensaje que te envían de allá arriba.
Aligera el alma, que tiene sobrepeso de culpa, para que llegue liviana al encuentro inevitable con la justicia divina. Agradece que te escapas de la humana, la que en casos como el tuyo se subordina a la venganza. El odio tiene eso: envenena el alma y corroe las entrañas. Peor aún, al que lo siembra se le devuelve en sufrimiento. Reconoce que, hombre de pocas lecturas como eres, el resentimiento de muchacho pobre, criado con privaciones, te hizo caer bajo la influencia de seres diabólicos como el tal Ché Guevara, autor de esta frase satánica: “un pueblo sin odio no puede triunfar, porque sólo el odio intransigente lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar.” Lo mismo pudo haber escrito Boves si lo hubiesen alfabetizado. Tú sabes muy bien cómo murieron los dos, enviados directamente al infierno. A ellos Dios no les dio la gracia del preaviso como el que te ha dado a ti.
Tienes muchos enemigos, no sólo aquí, sino allá arriba. Estos son más de temer. Están alineados esperándote para convertirse en tus acusadores. Solamente al llegar vas a encontrar una multitud. No para saludarte, sino para acusarte. Son las víctimas de la delincuencia que tú promoviste con tu odio. Ese que mueve la envidia a todo hombre de bien y a todo el que se destaca. A ellos se unen las víctimas de tu crueldad. Le han encomendado la vocería a Brito. ¿Te acuerdas de él? ¿Por qué no le devolviste su tierrita, si era todo lo que pedía? A su lado, la señora Añez. ¿La recuerdas? La mataron tus hordas motorizadas con su banderita en la mano. Ellos sí te recuerdan. Sólo podrías pedir rebaja de la pena si liberas a todos los presos políticos, disuelves las milicias, desarmas a tus bárbaros y cesas en tu prédica del odio.
Si superas el mal momento de este encuentro, pasarás adonde están esperándote Vargas, José Gregorio y Razzetti, quienes te impondrán de su querella en representación de los universitarios. Te imputan haber destruido la universidad, haberte cebado en los médicos venezolanos deshonrándolos ante el mundo y haber acabado con el futuro de los jóvenes obligándolos a emigrar. A pesar de su religiosidad José Gregorio parece el más predispuesto en tu contra, ya que acaricia intencionadamente la cabeza de su estatua en Yaracuy que tus vándalos le quitaron. De ellos y sus representados sólo podrás pedir clemencia si reparas el honor de los médicos y de todos los profesionales universitarios venezolanos y enalteces la universidad favoreciendo su engrandecimiento.
Si haces mérito para su clemencia, todavía quedaría pendiente la acusación que te harán Pérez Alfonzo y Uslar Pietri de haber ejecutado el Plan de Destrucción Nacional contra el cual ellos tanto lucharon, llevando el país a la ruina económica y a la degradación moral. ¿Cómo te salvas de la condena eterna con tamaña acusación? Sólo puedes conseguir una rebaja de la pena desandando el camino: ponerle fin al comunismo y volver a la economía de mercado, o sea, al capitalismo que es el sistema económico de los países desarrollados. Hasta en el Brasil de Lula.
Pero la acusación mayor la tienen preparada Miranda, Bolívar y Páez. Les choteaste el bicentenario, destruyendo su obra al convertir a Venezuela en satélite de Cuba. Ellos dicen que ni Dios perdona eso. Según Miranda todo lo tuyo es “bochinche, bochinche y más bochinche.” Lo de Bolívar es de antología: quiere verte en el infierno porque lo has metido a comunista siendo lo opuesto y lo has perturbado en el sepulcro adonde había bajado tranquilo. Y de Páez ni te cuento.  Se pasea por la sala de recibo exclamando: apenas entre ese carajo le caeré a coñazos. ¿Qué necesidad había de que te metieras en ese lio?