2/03/2012

CARTA RESPUESTA A FIDEL CASTRO… Escrita por María Corina Machado

La carta es su respuesta por haberla mencionado en las últimas “Reflexiones” que publicó Fidel la semana pasada.

Comandante Fidel Castro
La Habana, Cuba
Sr. Castro,
Me dirijo a usted en la oportunidad de responder a las alusiones que hizo de mí en sus Reflexiones sobre “La Genialidad de Chávez” del 26 de enero pasado.
Me referiré a dos aspectos de su escrito: el que se refiere a mi intervención en la Asamblea Nacional y el relativo a sus opiniones sobre la política venezolana.
El presidente Chávez intentó usar su presentación en la Asamblea para dos propósitos muy evidentes. En primer lugar, para mostrar un país de paz y prosperidad que no existe. Venezuela, con todos sus recursos humanos y naturales, vive los embates de la pobreza, el crimen y la humillación; en segundo lugar, quiso utilizar a los diputados de la oposición para mostrar al mundo un juego democrático que ha sido vulnerado por su gobierno, mediante el control abusivo de todas las instituciones del Estado y la represión hacia la disidencia.
Frente a esta manipulación y la indignación que me produjo, tomé la palabra para denunciar que no existe ese país que describió Chávez y que, por el contrario, está signado por la escasez y el racionamiento, el crimen desatado y la acción vil e impune del Estado, que roba la propiedad privada mediante la figura de las expropiaciones.
Por eso, cuando pronuncié la frase “expropiar es robar”, los venezolanos en su mayoría, sobre todo los más humildes, se sintieron expresados.
No fueron frases que pusieron a prueba, como usted dice de Chávez, “su caballerosidad y sangre fría”, sino su engaño y el teatro que escenificaba hasta el momento de mi exposición.
Usted asegura que “solo él fue capaz de responder con serenidad al insultante calificativo de ‘ladrón’ que ella utilizó para juzgar la conducta del Presidente por las leyes y medidas adoptadas”. Yo dije que expropiar es robar y lo sostengo. Fue el propio presidente Chávez quien se autocalificó de “ladrón” al
asumir personalmente la responsabilidad de las expropiaciones, que son robos apenas revestidos de un barniz jurídico en el régimen actual.
Tan importante es la propiedad que después de medio siglo, Cuba, de la mano de su hermano y Presidente, la ha redescubierto en su programa de reformas.
Tampoco es verdad que, como usted asegura, Chávez “respondió a la solicitud individual de un debate con una frase elegante y sosegada “Águila no caza moscas”, y sin añadir una palabra, prosiguió serenamente su exposición” En ese momento el presidente Chávez perdió la compostura, su manoseada frase sobre águilas y moscas es una grosera manifestación de desprecio hacia sus interlocutores, que fue aderezada con una expresión según la cual yo no tengo “ranking” para debatir con él.
Sólo un déspota considera que un parlamentario elegido por el pueblo no tiene credenciales para discutir con el presidente de su país.
Pero en el fondo tiene razón el Presidente Chavez: él y yo estamos en niveles muy distantes en cuanto a la moral y los principios.
Lo que usted, señor Castro, elude, es que mi interpelación al presidente Chávez expresó lo que un país hastiado de un régimen autocrático quiere decirle. Estas opiniones suyas no pasarían de ser la consabida lisonja que usted suele prodigar de tiempo en tiempo a Chávez si no fuera porque se atreve a incursionar en el debate político venezolano, como muestra del intervencionismo sistemático de su gobierno en los asuntos internos de mi país.
Señor Castro, usted intervino en Venezuela en la década de los 60, cuando personal militar a su servicio pretendió imponer un régimen en Venezuela como el que usted impuso en su país. Las autoridades civiles y las Fuerzas Armadas de entonces lo derrotaron a usted, del mismo modo que las democracias Latinoamericanas lo hicieron en toda la región.
Su agresión causó muertes, incluyendo la de tantos jóvenes venezolanos que se hicieron ilusiones con su revolución. Más adelante, una vez derrotado y abandonado por la Unión Soviética, los demócratas latinoamericanos le abrieron a su régimen las puertas a la comunidad regional a condición de que iniciara un proceso de democratización. Uno de los que le facilitó ese reingreso fue el presidente Carlos Andrés Pérez, con quien usted se solidarizó cuando ocurrió el golpe de Estado del teniente coronel Hugo Chávez.
Los venezolanos recordamos la carta suya al presidente Pérez en la que le decía: “En este momento amargo y crítico, recordamos con gratitud todo lo que has contribuido al desarrollo de las relaciones bilaterales entre nuestros países y tu sostenida posición de comprensión y respeto hacia Cuba. Confío en que la dificultades serán superadas totalmente y se preserve el orden constitucional, así como tu liderazgo al frente de los destinos de la hermana República de Venezuela”.
Así se desmarcaba usted del golpe de estado de Chávez y expresaba su solidaridad al entonces Presidente, cuando su interés era retornar de algún modo a la comunidad latinoamericana debido a que los soviéticos habían dejado a su país sin oxígeno.
Sin embargo, más adelante encontraría un nuevo auxilio. Usted se prestó a darle una credencial revolucionaria a quien no habría pasado de ser uno más de los militares golpistas de América Latina a cambio de recibir colosales recursos de nuestro país que le son negados a los ciudadanos venezolanos. Si en los 60 usted invadió a nuestro país en contra de la voluntad de su liderazgo civil y de las FAN, ahora lo hace porque el gobierno del presidente Chávez le ha entregado nuestra soberanía.
Su ataque a Rómulo Betancourt no puede ocultar un hecho que está inscrito en la historia: Betancourt lo derrotó a usted política y militarmente, su reconcomio por esta fatalidad es evidente.
No podía esperarse en sus consideraciones nada distinto al reconocimiento al general Henry Rangel Silva, recientemente promovido al cargo de ministro de Defensa de Venezuela. Es un militar cuestionado nacional e internacionalmente; en el exterior por supuestos vínculos con la guerrilla y el narcotráfico; dentro de Venezuela por haber amenazado en no reconocer el triunfo de las fuerzas democráticas en las próximas elecciones. Este oficial no representa a los militares institucionales de Venezuela, ni la protesta mayoritaria de éstos en contra de la invasión cubana a nuestra FAN.
Usted ha invocado muchas veces como razón de su rebelión en la década de los 50 la intervención de los EEUU en su país durante más de la mitad del siglo XX.
Usted ha sido crítico de la forma en la que los soviéticos, a sus espaldas, negociaron a Cuba en el marco de la Guerra Fría. Muchos cubanos todavía resienten la grosera participación de los soviéticos en la dirección del Estado cubano durante tres décadas. Usted, que sabe eso, podría imaginarse la indignación que produce a los venezolanos ver a cubanos enviados por su gobierno en las más altas esferas del Estado, en las instalaciones militares, en el Palacio presidencial, en los cuerpos de seguridad, en registros y notarías. Imagine la humillación que sienten los oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana al recibir órdenes de extranjeros como los oficiales cubanos, quienes invaden nuestras instalaciones militares.
Venezuela ha sustituido a la Unión Soviética como sostén de Cuba, mientras aquí hay miles de refugiados que vieron sus viviendas destruirse y el gobierno no ha hecho nada para remediarles su situación.
Su gobierno recibe –que se sepa–más de 110 mil barriles diarios de nuestro petróleo en forma de regalo, supuestamente compensado con servicios que no valen lo que cuesta producir el petróleo.
Su régimen hace triangulaciones de negocios que encarecen lo que Venezuela importa y les permiten a ustedes una grosera e innecesaria tajada de comisiones. Chávez y ustedes han logrado que lo que ha sido la tradicional amistad entre cubanos y venezolanos, hoy esté atravesada por el resentimiento y la sospecha. Esa amistad volverá pero una vez que cese la invasión de funcionarios de su país al nuestro.
Usted invocó en su revolución la necesidad de luchar contra los cipayos que en su país propiciaron la intervención foránea durante décadas. Nosotros hoy luchamos contra los cipayos que en Venezuela han propiciado la intervención del gobierno cubano en la dirección de nuestro Estado y nuestra sociedad.
En el futuro seremos países amigos pero jamás aceptaremos la permanencia del status-quo que les ha permitido la anexión institucional de nuestro país al suyo.
Tenga la seguridad de que mi gobierno estará comprometido con el pleno retorno de la democracia a Cuba.
Comandante Castro, deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo volverán hacer entender como hace 50 años.
María Corina Machado

2/02/2012

LOS BUFONES DE DIOS… Escrito por Luis Manuel Aguana

Tomé prestado el título de esta nota de una novela del mismo nombre escrita por Morris West y publicada a principios de los años 80. El título original en inglés era “The clowns of God”, o Los Bufones de Dios, en el estricto sentido de la novela. El mensaje que transmitió me pareció fascinante al momento de leerlo, hace más de 30 años. Y la historia tan trascendental que la traigo a colación en este momento dadas las severas implicaciones que tendrá en el país una negativa de los partidos políticos de profundizar y radicalizar las denuncias de la sociedad civil en relación a la depuración del Registro Electoral, después de la elección del candidato de la Unidad Democrática el 12 de Febrero de 2012.
Para aquellos más jóvenes, que no conocieron la obra de Morris West, mismo autor de Las Sandalias del Pescador, la preocupación del novelista por la política mundial y su relación con la religión cristiana fue siempre el norte e inspiración fundamental de sus obras. Esta novela, Los Bufones de Dios, relata la visión de un Papa, acerca de lo que ocurriría luego de la destrucción atómica del mundo por parte de las potencias. El Papa intenta comunicar a todos su visión a través de una Encíclica Papal pero es obligado a abdicar y es internado en un monasterio con voto de silencio. Pero lo increíble del relato, no era la probabilidad cierta de que el mundo entrara en una vorágine destructiva, hecho que ciertamente era una posibilidad en esos años, sino sus posteriores implicaciones.
El centro de la historia era como iba la sociedad a afrontar un mundo destruido y el papel de la cristiandad después de que precisamente esa destrucción ocurriera. Todo el mundo se preocupaba por que el conflicto sucediera pero nadie se paseaba en lo que pasaría luego si efectivamente se daba. El tema no era lo que ocurriría- eso era dado como cierto-, sino lo que haríamos después de que esa fatalidad ya fuera un hecho. ¿Y quienes eran los Bufones de Dios? Todo el mundo a quien iba dirigido el mensaje de la destrucción y que debían ser informados de una manera precisa pero sencilla de cómo debía ser organizada la humanidad en un nuevo estado de cosas. Este mensaje fue dirigido por este Papa depuesto a través de unas cartas firmadas con el pseudónimo de Juanito el Bufón y distribuidas internacionalmente. ¡Es claro que al ser escrito el libro en la era pre-Internet, el mensaje era mucho más difícil de hacer llegar! Estoy seguro que en esta época Morris West hubiera utilizado el correo electrónico en su personaje.
Pues nos encontramos ahora en un predicamento semejante. Tal vez aquí no estamos hablando de que al mundo le caerán las bombas atómicas que avizoraba West en su novela. Sin embargo la bomba y no precisamente atómica será lo que caerá en la Venezuela del 8 de Octubre cuando el CNE declare que Chávez, o quién haga sus veces, ganó “limpiamente” las elecciones con una “mayoría” indiscutible.
La alusión al relato de Morris West viene por aquella pregunta que nos haremos entonces después que la tragedia ocurra. No pretendo erigirme en el Papa de la novela del afamado escritor al enviarles cartas a los venezolanos indicándoles que harán, pero si dedicaré este espacio que deja abierto mi blog en la red para seguir machacando, antes del 7 de Octubre, en las implicaciones de no insistir en la depuración del REP y la necesidad de que el candidato electo el 12F se abandere de esa cruzada y se dedique de una manera consistente a denunciar, e incluso no ir a los comicios, si ese REP no es depurado y auditado de una manera clara para todos los venezolanos. Eso no solo le daría credibilidad al mismo candidato, sino confianza al país de que saldremos con votos de la pesadilla chavista este año del Señor 2012. Luego, si son desoídas o ignoradas, como hasta ahora han sido, todas las angustias de esta válida preocupación, entonces nos veremos en el mismo predicamento del mencionado Papa: que es lo que haremos después…
Ahora bien, ¿estoy dando por cierta esta tragedia? No necesariamente. Depende de la actitud de los partidos políticos integrados en la MUD y el candidato electo el 12F. Tengan la seguridad los venezolanos que el REP está lo suficientemente viciado para que la Sala de Totalización del CNE de por ganador al oficialismo el 8 de Octubre en la madrugada. No voy a volver a citar a ESDATA y los cálculos técnicos de su gente. Están en la red para quien quiera buscarlos. Ese ya no es el tema en discusión. Olvídense que los programas y las máquinas de votación le pondrán los votos a Chávez, no es necesario. Lo hará el REP. Asimismo quítense de encima la ilusión de los testigos y las actas de la oposición. Para la cantidad de mesas nunca la oposición ha sido capaz de tener los suficientes testigos en todo el territorio nacional (esto nunca lo he entendido) y a la final sus credenciales no valen el cartón en que están escritos. El cobre se bate siempre en la madrugada a la apertura de los centros y el chavismo del CNE hará de las suyas. Y en esta oportunidad será más violento y pendenciero ya que se juega el cuello del máximo líder y tratarán de que haya los menos testigos opositores posibles reales y activos.
La tragedia sobrevendrá si el candidato y los partidos hacen una campaña “excesivamente normal” como si aquí estuviera jugándose una elección de la Cuarta Republica. Lo veremos en la actitud ante el CNE de parte de los partidos y el candidato opositor. Si ustedes la ven “excesivamente normal”, como si estuviéramos en 1988, 1993 o 1998, agárrense los pantalones y cómprense las alpargatas para bailar el joropo del chavismo por seis años más!
Las implicaciones de este juego macabro son muy profundas y sus ramificaciones extensas. Extraña el silencio cómplice ante el CNE de los precandidatos del llamado “estatus” político. Quiero darles el beneficio de la duda porque están en la precampaña y todos sus esfuerzos asumo deben estar dedicados a diferenciarse de los contendores, así estén utilizando el CNE para dirimir la candidatura opositora. Sin embargo, debemos ponerle el ojo a las actitudes después de declarar un ganador el 12F.
Volviendo a la novela de West, si esta “normalidad” ocurre- y eso lo veremos muy pronto después del 12F-, la premonición de las bombas atómicas de la novela, será un hecho. Y deberemos enfrentar con claridad y mucho cuidado lo que se nos viene encima, ya que los partidos políticos y sus dirigentes nos habrán vendido. Lo interesante es que guerra avisada no mata soldado. Deberán activarse entonces las alarmas de la sociedad civil porque el tren lleno de bufones ingenuos va directo al despeñadero con fecha cierta final el 7 de Octubre de 2012.

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