1/10/2010

CUENTO DE UNA NAVIDAD VENEZOLANA

A los 19.700 asesinados en el 2009 en la Venezuela del siglo XXI.
A los 21.300 asesinados en el 2012 en la Venezuela del siglo XXI.
A los 25.300 asesinados en el 2013 en la Venezuela del siglo XXI.

En el pasillo con luz blanca, fría y china, paredes que en sus momentos de euforia fueron blancas, hoy venden un impávido gris, el aire es grueso, espeso, con olor agrio y penetrante, como desinfectante, pero no. El piso hacia años que no conocía el agua, a no ser por el certero gargajo de alguno de los que muy rápido circulaban por ahí. Allí te llevan a rastras. Así llevaban a cualquiera que llegara ahí, era la costumbre.
Fue un día de esos que tú no decides y desde el comienzo ves que el mundo es de otro, que pareciera que el sol solo sale para algunos. Que cuando te ves en el espejo casi ni te reconoces y no sabes si sonreírte o presentarte como a un desconocido.
Asumes que afuera llueve, por lo húmedo. Pero en realidad no sabes donde estas, ¿como saberlo?, ¿adentro o afuera? ¿De donde? Y calor, también hacia calor, era un tortuoso camino pero no era largo.
En cierto momento sientes que pronuncian tu nombre y volteas, pero no hay nadie ni nada, solo una pared que algún día fue blanca y hoy no.
¿Que esta pasando? Piensas y después continúas en argumento contigo mismo tratando de recorrer los pasos andados, “pero si yo salí de mi casa”, “claro y como no salir si el día era un espectáculo con ese sol brillando como solo brilla en mi país, el cielo azul como azul es el mar”, “caramba que cursi me puse, y el aire con ese frío típico de la época”. “Que bella es la ciudad cuando el día esta así”, te comentas y sigues, “además próximo a la parranda, reunión familiar, las hallacas de mamá, regalos, coño, y la rumba”.
Y me decidí, salí en busca de algo que no fue lo que encontré, pero y que puedes hacer, al mal tiempo buena cara, recuerdas es lo que siempre te dice tu madre, preocupada por tus repentinas rabietas cuando ves lo que no te gusta ver y sonríes de arrechera.
Pasó todo el día o eso creía, los que rapidito pasaban no te hacían caso, para que. Y volviste a escuchar un nombre, esta vez no era el tuyo, volteaste y no, no había nadie otra vez, solo el pasillo, pero era mas incomodo, no sabes como, pero el espacio era mas pequeño, como que hubiera alguien mas.
Y si, sientes algo a un lado de ti, pero más nada. Tratas de hacer contacto y nadie te responde. Otra vez, silencio y tus pensamientos más profundos.
“Antes de salir, la ultima revisadita en el espejo, llaves, cartera, real, colonia y “pana hoy es tu día” las palabras que te dices todos los días antes de salir a la calle, para darte ánimos y “pa’lante es pa’lla”.
Y entonces que pasa, por que nadie responde, ¿donde estoy?, coño solo esa luz, a mi esa luz china no me gusta, es muy blanca, muy fría, muy impersonal, porque no se habrá puesto de moda la que es amarillita como los chinos mismos, no la blanca, parece de hospital. Uy, bicho. Y esa pintura vieja y de aceite, no es lo mejor para la salud.
Otro nombre que no es el tuyo, se escucha, ¿pero a quien? y entonces el espacio es más pequeño, “¿qué es lo que pasa? donde estoy, epa… ¿hay alguien aquí?, y no, como que no, nadie contesta, pero hace mas calor y el olor, foo caraj, alguien se está pudriendo, como que comieron diablito pero cagaron demonios”, jajaj eso me pareció siempre tan gracioso, pero como que ahora no. “Qué asco deberían bañarse”.
El espacio cada vez más pequeño, “pero, se creen que somos sardinas en lata”, y la luz más fría, “coño que luz tan chimba” y las paredes más grises y otro nombre y otro y otro.
Era la lista a la entrada de la morgue.
Y en el noticiero del canal revolucionario, el ministro de rojo encendido, minimizaba el hecho explicando que esa cifra era de menos del 1% de la población nacional…
Arq. Víctor Mión
10 01 2010

1/08/2010

SAN NICOLAS ESTA DE LUTO

Carta en respuesta al articulo del Arq. Iván Leon en Peatones Sin Barreras. Dic 2009

Mi querido amigo Iván, sí, San Nicolás debería estar de luto, por esta Venezuela que ha sido violada y salvajemente despojada de su dignidad. Y a la que, por no se sabe cual razón, pareciera no importarle mucho a nadie. Siento que solo unos pocos, dejamos de quejarnos para sembrar esa semilla de la disconformidad ante el avasallante silencio de las almas corrompidas por los dineros fáciles o por el miedo que corroe el espíritu y te convierte en un ser servil y pusilánime.

Muy bien lo expresas en tu carta a San Nicolás "Algo está pasando, no se toca, no se ve, no se oye, pero como se deja sentir, hay un enorme silencio que nos llega hasta los tuétanos, nos está matando en vida". E invocas a ese gordo bonachón que año con año con su sola presencia y sonrosados cachetes embriaga de alegría a los niños y de esperanza a los grandes, creando ilusiones de buenas nuevas.

Pero, mi optimismo a través de estos 11 años de cobarde parodia gubernamental, percibo que vino en frasco chiquito, no por ser de buena calidad sino de muy poca cantidad y en este momento pienso como dijera Voltaire "a mi no me importa a que raza pertenece, si es blanco, negro o amarillo, es un hombre y no puede haber nada peor".

No por esto dejare de luchar por el decoro de las instituciones públicas, por la libertad del pensamiento democrático, por la supremacía de la meritocracia sobre el amiguismo y el carnet político, por la dignidad, honorabilidad y el respeto del pueblo y su verdadera historia, por la educación al pueblo para el desarrollo del país, y también por mis hijas, por mi familia y por los tuyos también.

Y si, en contra del comunismo, contra la opresión, contra el patria, socialismo o muerte, contra la estupidez y la soberbia, contra criminalizar, perseguir y asesinar al contrario solo por disentir, contra lo inhumano de aplastarte hasta mendigar un pedacito de vida.

Por eso adoro tu confianza en el ser humano, tu grandeza y nobleza al creerlo con la posibilidad de recuperar lo perdido. Eso me enorgullece de que consideres tu amigo y he de unirme a ti para que tu gallardía y fuerza me alcance y siga dando ánimos para seguir adelante sin importar lo tortuoso del camino.

Un abrazo fraterno y mi mayor admiración

Arq. Víctor Mión

vmreporte@gmail.com