SALVESE QUIEN PUEDA...

Ya no es cuestión de querer a la patria, o cuanto la quieres, de amar a tu país, o lo quieres mucho, poquito o nada. Ya, hablamos de una situación de supervivencia.
La propaganda marxista que nos pinta un país ideal, gobernado por un líder, hambriento de justicia y solidaridad. Eso es paja y nosotros como buen país cobero nos la comemos. Y utilizo el pronombre “nos” para no ser por demás de brusco y no uso la tercera persona “ellos”, que habla de ese paisano inculto, mal educado, sin parentesco ni pertenencia, que vive sumido en la miseria y aprovecha el hecho para sacarle provecho, de vivir sin trabajar y que piensa que está en el mar de la felicidad.
El hoyo es profundo, negro y frio, pero para el pueblo. Y el pueblo, bien gracias, te mando saludos. Con tal de tener la cerveza fría o el aguardiente no importa si hay luz, o agua o educación, o salud, o seguridad, o si los muchachos comieron, o están sanos o fueron para la escuela, o si necesitas 7 sueldos básicos para enfrentar la cesta básica alimentaria para que, mientras haya pa’la caña y el gobierno mande pal carajo a los ricos, no importa más nada.
No importa que le debamos al “maldito imperio” más o menos el 30% del PIB, y el banco central de Venezuela convoque a subastas de bonos cambiarios para tratar de ajustar el dólar permuta, por la carga que tiene con el “ejecutivo”. Por eso ahora nos endeudamos con países comunistas como es el nuestro. Así cuadramos con china en recibir una cantidad de dinero en dólares y otra en yuanes, según el ministro bolivariano encargado, “eso se debe a que china lo hace por política monetaria, el prestar la mitad en dólares y la otra en su moneda natal y nosotros por estrategia, para no depender tanto del dólar”, me suena a “el que parte y reparte se queda con la mejor parte”. Ahhhh el pago será en petróleo, el tiempo solo lo sabe Dios, es decir, eso lo debe el pueblo.
Y cuál es el problema de que en el país importemos el 90% de lo que consumimos, en todo renglón incluyendo alimentos a precio de dólar libre, porque cadivi, es para los panas. Llegando los productos al consumidor a precios de mercados en países del primer mundo donde se gana en dólares y/o euros. Pero que de pinga, la asamblea piensa en el pueblo, estudia la reducción de la jornada laboral. Así se gobierna para el pueblo.
Que se pisotee al industrial, al productor agrícola y pecuario, a los inversionistas o a los empresarios, con más impuestos, reglas de juego chucutas o maleables, obligándolos al soborno y pago de dadivas, extorción judicial y fiscal, es el deber de un gobierno que piensa en sus pobres. Porque permitir que se creen fuentes de trabajo y el país crezca, haciendo fuerte una clase media y abrigando las esperanzas de los más desprovistos, brindándoles educación, posibilidades de crecimiento a través del fruto de un trabajo digno y del respeto al ser propio, cuando tenemos un régimen que se vanagloria de “mantener” al pueblo con las misiones. Siendo su deber el de asistir, amparar, proteger.
Nuestras fuerzas armadas nacionales están obligadas a plegarse al estamento milico cubano que cada día usurpa más sus funciones, clamor que se escucha a gritos en todo los ámbitos nacionales, la respuesta es por demás, deshonrosa, ofensiva y humillante. Aumento de sueldo en 40% retroactivo al mes de abril. Cállate toma tu bozal de arepa.
Hay 17mil asesinatos al año y el ministro supuestamente que se encarga de esa cartera, de manera campante dice en la noticia, así como para sincerarse con el pueblo, que un porcentaje de las policías están implicadas en casos dolosos. Rudo no, y el régimen secuestra a un político líder opositor, en acto de puro amedrentamiento político.
¿Qué hay esperanzas de que esto salga adelante?, ¿qué cambiando de gobierno, cambiamos la situación? Lo dudo. Aquí el problema es la gente, no hay manera de sobreponerse.
Aquí no es cuestión de borrón y cuenta nueva. Estamos al punto del sálvese quien pueda.

Arq. Víctor Mión
vmreporte@gmail.com
26.04.2010