Todos aquellos que escribimos semanalmente los lunes, los dejamos descansar estos últimos quince días, por motivos de las tradiciones navideñas y del fin de año, ya que el 25 de diciembre y el primero de enero cayeron en domingo, son de descanso obligatorio y por lo mismo, no salió el periódico “La Razón” esos dos lunes siguientes. Hoy no puedo desaprovechar esta oportunidad de desearles atrasadamente, ¡Feliz Navidad! Y ¡Feliz año nuevo!
Sin embargo, encuentro que en cuanto transcurren los días las personas van dejando de emitir los deseos de felicidad. Realmente a mí me gustaría que al terminar cada mes, me dijeran: Feliz Febrero, Marzo, ó Mayo. Me gustaría más, que los lunes me dijeran: “Feliz semana” y valoro mucho a todos aquellos que en la mañana me dicen: “Buenos días”.
Es posible que las noticias de este mundo globalizado nos quiten esas energías y buenos deseos, pues al enterarnos de las fechorías que hacen nuestros gobernantes, nos obligan a expresar: “que poca madre”. Frase adecuada y dirigida a quien actúa con cinismo, irresponsabilidad y falta de honradez.
Yo recuerdo hace 23, que Carlos Salinas de Gortarí, en una acción intrépida, el 7 de enero del 1989, lograba la detención de Joaquín Hernández Galicia, haciéndonos pensar que era una medida contra la prepotencia y la corrupción sindical. Que decepción cuando el resultado era lograr únicamente el poder omnipotente y no una conducta de gobierno. Que poca madre.
El mismo día 7, pero de este año, Felipe Calderón Hinojosa, inauguró sorpresivamente la Torre “Estela de Luz”, la cual estaba programada para un día después, pero en cuanto anunciaron la inauguración, los tuiteros metidos a las redes sociales, empezaron a convocar con el objeto de protestar por la corrupción y bautizarla con el nombre de “homenaje a los miles de muertos que ha dejado la guerra contra el crimen”. Me imagino que adelantar el evento, los hizo suponer la ausencia de protestas. Que poca madre.
También nos hizo recordar esta inauguración adelantada, la forma cómo fue su toma de protesta como Presidente de la República en el Palacio Legislativo, donde tuvo que entrar por la puerta de atrás. También a este evento entró por la puerta trasera y resguardado por más de mil efectivos de la Policía Federal y del Estado Mayor Presidencial, los cuales cercaron el perímetro del monumento para evitar las protestas. Que poca madre.
El discurso de Calderón Hinojosa fue para elogiar la obra monumental, que cuando la vean las nuevas generaciones deberán recordar el movimiento de independencia de 1810 y de la revolución en 1910, sin embargo ciudadanos, diputados y periodistas la han llamado "Torre de la Corrupción". Pues la Secretaría de la Función Pública ha sancionado a 26 funcionarios, incluido el Director de la paraestatal “iii Servicios”, encargada de la obra, Agustín Castro Benítez, y todavía se le realizan auditorías por corrupción, pero el Felipe Calderón sostuvo que esta torre es un símbolo de la mexicanidad. Que poca madre.
En un extremo había quedado Villalpando, el anterior Coordinador del Bicentenario a quien Calderón le retiró en julio de 2010 el encargo debido a lo que llamó el desorden en la organización y le entregó la conducción de los festejos a Alonso Lujambio.
Al fondo, las salas de exposición estaban cerradas y vacías. Del otro lado, una decena de obreros con cascos y chalecos que todavía laboran en la conclusión de la Estela.
La Estela de Luz fue encendida a las 19:30 horas. Su esplendor apantalló a todos, pues el espectáculo fue impecable. El cuarzo y el acero de la Estela se trajeron del extranjero. Exceso de pólvora, más de 3000 lanzamientos controlados por un equipo de computo especializado, dirigido por el encargado del espectáculo, el español Luis Álamo, de la empresa italiana Parente Fireworks. Que poca madre.
Al fondo, las salas de exposición estaban cerradas y vacías. Del otro lado, una decena de obreros con cascos y chalecos que todavía laboran en la conclusión de la Estela.
La Estela de Luz fue encendida a las 19:30 horas. Su esplendor apantalló a todos, pues el espectáculo fue impecable. El cuarzo y el acero de la Estela se trajeron del extranjero. Exceso de pólvora, más de 3000 lanzamientos controlados por un equipo de computo especializado, dirigido por el encargado del espectáculo, el español Luis Álamo, de la empresa italiana Parente Fireworks. Que poca madre.
La Estela de Luz fue inaugurada 478 días después del Bicentenario del inicio de la Independencia y costó mil trescientos cincuenta y cinco millones de pesos. 952 millones más de lo que fueron presupuestados. Que poca madre.
Aún con acciones como la que describo, les deseo a todos mis lectores, salud, amor y alegrías, feliz 2012, Paz y Progreso.
Es cuanto
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