2/26/2014

ENTRE EL CHINGO Y EL SIN NARIZ…

   En los mercados de capitales mundiales los negocios prosperan con la situación de Venezuela, entre manejos escondidos y emisiones de bonos de la deuda están al alza.
Esto todavía sucede porque desde esa óptica, las marchas y las guarimbas son solamente “un problema de Amas de Casa y estudiantes por la situación del precario abastecimiento, la inflación y la inseguridad del país”. Se dice en esos corrillos internacionales que en Venezuela hay conformismo, que “no hay musculo”, no hay hombres que de verdad defiendan los ideales democráticos, no hay una Ucrania donde había, a como diera lugar, que repeler las “fuerzas del orden” hasta hacer caer el régimen corrupto. Aquí no se ve esa voluntad.
Venezuela moralmente vapuleada por 15 años de degradación, infamia y oportunismo; es flagelada diariamente con saña para avasallar y acallar al pueblo. Pueblo al que quiere quitársele todo signo de decencia y dignidad destruyendo su entorno y asfixiando su libre albedrio. Pero la realidad escondida, por el cerco a los medios de comunicación, ese pueblo lucha por su libertad, peleando una contienda totalmente asimétrica de libros y esperanzas  contra balas y gases lacrimógenos.
Se levantan voces en escaños de parlamentos del mundo, pero será difícil ver acciones verdaderamente contundentes, mientras los intereses se sobrepongan a la civilidad, y bien conocemos los alcances de la frase “Billete mata galán”.
Entre tanto la Venezuela en donde “ser rico es malo” es manejada, por los más acérrimos multimillonarios comunistas como un gran negocio, en donde se vende la parte del país vendible, y se empeña la otra, a costa de pagos en petróleo a futuro, creando una deuda externa que pesa sobre la espalda del pobre pueblo, con imperios económicos de países como china, rusia, estados unidos, y exprimiéndola al nivel de llevarla a punto de quiebre.
Venezuela se encuentra entrampada entre el narco comunismo cubano que la pisotea y da mendrugos para acallar las voces y el capitalismo salvaje, ese, el que se suponía era el enemigo, que sigue desde siempre enriqueciéndose a costa de nuestros recursos sin importar cuántas vidas cuesta.
Difícil, porque si no nos agarra el chingo, nos agarra el sin nariz…

Arq. Víctor Mión

vmreporte@gmail.com

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