2/12/2010

UN PASO ADELANTE...

Como salidas del celuloide, las nuestras son situaciones que siendo ilógicas, irreales o escapadas de una chanza de cualquier cómico en su rutina, se nos presentan y nos golpean a la cara por lo cruda de su realidad. Como cuando vamos en el carro, por una carretera nacional, caemos en un hueco y explota un caucho, se prende la lucecita de la gasolina y suena un bip, se para un pickup con tres malandros machete en mano. Tragamos grueso e invocando piedad, pensamos, Dios.
Pensé que ya todo estaba dicho o hecho, que solo es cuestión de oportunidad y aparece el modo de reaccionar ante una u otra situación, pero no, las cosas no son así. Porque hay situaciones normales en la que las mentes normales reaccionan con actitudes normales, pero en las anormales, ¿cómo se reacciona?
Y ese es el asunto, es uno y solo uno. No importan los demás, ¿Derechos? ¿Cuáles? ¿De quien? ¿Para qué?
-No se preocupe Su Majestad, yo mismo me agacho y me pisoteo, -Pero, no se incomode Su Inmaculada Grandeza, con la venia pida por esa boquita y nosotros aplaudimos y decimos que sí. Sus deseos son órdenes. -No se angustie, Centro del Universo, que nosotros no tenemos dignidad. -No se mortifique Su Grandilocuencia, nosotros le decimos al soberano que es por voluntad propia, pero no se alarme que es poquita.
-Eso sí, mientras fluyan los bolivarianos fuertes, todo se aguanta.
Aquí pueblo, soberano, patriota son vocablos que inundan las aturdidas entrañas de un común hambriento, apocado y flojo, esperanzado en promesas llamadas “misiones” y que solo se ven tv y se saborean en las épocas electoreras.
Un vulgo que alienado por la rabia invocada en radio y televisión por una propaganda incisiva donde manejan sus ideales, sus deseos y sus vidas, sumergiéndoles en una brutal irrealidad. Eso durara hasta cuando la realidad nos explote en la cara y se destape la monstruosa mentira. Ese día se acabara el uno solo y ese pueblo crédulo se verá en la más cruenta miseria y sin futuro.
En la Venezuela bolivariana se sobrevive, somos náufragos de tierra firme, huérfanos de ideales y grandezas, mutilados por la injusticia, la deslealtad y la soberbia.
La historia, que es ese cuento de nunca acabar y que la hacemos todos juntos, nos abofeteara en la cara por lo profundo que hemos caído como nación, en ese bajo nivel de ignorancia, de falta de amor propio, de carencia de orgullo y dignidad.
Solo cuando tomemos conciencia que nuestra vida la rige nuestro propio albedrio, que las formulas mágicas solo sirven para corromper el espíritu de un pueblo, es cuando unidos saldremos de la infamia y el deshonor de un régimen que manipula, amedrenta y ultraja al común.
Es cuando lograremos dar un paso adelante.
Arq. Víctor Mión
vmreporte@gmail.com

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